Pronunciamientos

En los últimos años, asistimos a casos de extrema violencia como el acontecido contra el pueblo Paĩ Tavyterã, quienes sufrieron invasiones a sus tierras y territorios sagrados y padecieron el asesinato sistemático de varios miembros de su comunidad y de su líder espiritual. De manera creciente, los diferentes pueblos indígenas en Paraguay se encuentran sufriendo desalojos y amedrentamiento por parte de grupos que, con la complicidad de fuerzas del Estado paraguayo, buscan despojarles de sus territorios.

Paralelamente a los desalojos violentos, los grupos de poder están implementando nuevos mecanismos para usurpar territorios indígenas, como proyectos de ley totalmente contrarios a la Constitución de la República del Paraguay y a los derechos de los pueblos indígenas, tales como el de ley de fideicomiso de tierras, presentado el pasado diciembre y que afecta a los ayoreos totobiegosode. Esta iniciativa viola convenios internacionales suscritos y ratificados por el país, constituyendo una afrenta a los derechos fundamentales de los pueblos indígenas. Además, el gobierno en general y el INDI en particular, siguen ignorando las acuciantes demandas de la población indígena, asignando un presupuesto irrisorio para las políticas dirigidas al sector. 

Las megaobras, en el marco del actual modelo agroexportador insustentable y de extracción de los bienes comunes de la naturaleza, tienen impactos devastadores en el desarrollo de las vidas de los pueblos indígenas. La invasión de las tierras ancestrales del pueblo Maká para la construcción del puente Héroes del Chaco y las consecuencias de la Ruta Bioceánica en la Región Occidental para los Ayoreos y otros pueblos indígenas chaqueños —trata de personas, pérdida de territorio, incremento del crimen organizado, deforestación, entre otros— ilustran cómo estas obras no solo ignoran los derechos indígenas, sino que los vulneran aún más como pueblos. También es preocupante el anuncio reciente de intenciones de habilitar carreteras, como la nueva carretera entre Bolivia y Paraguay, acordada sin consulta previa, que afectará territorio Guaraní en Bolivia y zonas de presencia de los últimos grupos Ayoreo en aislamiento voluntario del Gran Chaco Americano.

El racismo, las diferentes formas de violencia estructural contra pueblos indígenas, asesinatos de líderes, usurpación e invasiones de territorios, destrucción de ecosistemas, están sustentados en el modelo extractivista del agronegocio vigente, que ahora también se encuentra incursionando en la prospección minera y de hidrocarburos en territorios de alto valor ambiental. Es ese extractivismo el que impulsa la limpieza étnica para la explotación de los bienes comunes de la naturaleza en todo el territorio paraguayo hasta su agotamiento total. 

A estas violaciones sumamos las discriminaciones salariales estructurales y las lesiones de derechos laborales sistemáticamente cometidas por el empresariado agroganadero contra trabajadores rurales indígenas y sus familias, reducidas al trabajo esclavo en las estancias, frente a la indolencia de los organismos estatales, que más bien se constituyen en gestores de intereses del sector privado. 

De esta manera, el día del Indígena Americano pasa de ser un día de celebración a un día de la memoria y denuncia del genocidio y los crímenes de lesa humanidad implementados por el colonialismo y el extractivismo destructivo sobre el territorio que hoy es Paraguay.

Desde el Grupo de Trabajo Tierra, Territorio, Ambiente y Derechos Humanos, y todas las organizaciones que integran la Codehupy, exigimos al Gobierno Paraguayo, al Congreso y al Poder Judicial, a cumplir con sus obligaciones internacionales de respetar, proteger y garantizar los derechos de los pueblos indígenas, tal como se establece en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y otros instrumentos internacionales de derechos humanos. Además, se debe garantizar la participación de los mismos en la definición de las políticas y decisiones que les conciernen directamente, como lo vienen exigiendo insistentemente desde sus organizaciones. 

Asimismo, hacemos un llamado a la comunidad internacional, a las organizaciones de derechos humanos y a la sociedad civil a unirse en solidaridad con los pueblos indígenas de Paraguay y a exigir el cese inmediato de todas las formas de violencia, discriminación y despojo de tierras que enfrentan.

¡Por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas!

Asunción, abril 19 de 2024

Coordinación de Turno: Heñói, Iniciativa Amotocodie y Seija. 

Secretario Ejecutivo, Dante Leguizamón.