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El debate por la transformación del sistema educativo en Paraguay no puede reducirse a las necesidades del mercado laboral o a satisfacer las pruebas PISA, además tiene que abordarse a la educación como un derecho humano estratégico, que permite a las personas acceder a otros derechos más.

Esto señala el artículo “Un derecho humano sin lugar”, escrito por Ramón Corvalán y Ana Portillo, y que forma parte del informe Derechos Humanos Paraguay 2018 publicado en diciembre último por la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY).

En las evaluaciones al actual sistema educativo, permanentemente se ha dejado fuera esta mirada, y se pierde de vista que además de las matemáticas, la lecto-escritura o las ciencias, la educación tiene impacto directo en la formación de la conducta individual y social de las personas.

Al tener esta perspectiva completa, se puede ver que “nuestra educación pública enfrenta dificultades para garantizar el pensamiento crítico, la formación integral, el desarrollo pleno de las personalidad humana, la promoción de la libertad, la paz, la justicia social y el respeto a los derechos humanos”.

Para revertir esto, se debe asumir que el derecho a la educación no es derecho a cualquier educación, sino derecho a una educación con calidad de derecho humano y una educación en derechos humanos, expresa el material.

Y esto no se reduce a memorizar fechas, artículos e historias sobre los derechos humanos, sino experimentarlos en las “relaciones y vivencias en el ambiente escolar y la cultura democrática de la institución educativa”.

El material analiza esta profunda necesidad señalando las respuestas educativas actuales a dos flagelos sociales y culturales que afectan a  Paraguay, el abuso sexual a menores de edad (seis menores abusados por día) y los feminicidios (uno por semana).

Frente a esto lo lógico es que el sistema educativo aproveche de forma privilegiada el espacio escolar para prevenir abusos sexuales y fomentar la construcción de relaciones sociales más saludables entre estudiantes de distintos géneros.

Sin embargo, frente a estos temas, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) sigue prohibiendo que en las escuelas se hable sobre la igualdad entre el hombre y la mujer o que se desarrolle una educación de la sexualidad, por sus posturas afines con sectores religiosos que tienen una idea tergiversada de ambos contenidos.

“Es clave que la denominada Transformación Educativa del Paraguay 2030 se constituya en la oportunidad de instalar en el centro de su debate la educación en derechos humanos, fundamentada precisamente en el reconocimiento de la dignidad humana. Es una decisión ética y político-pedagógica que hasta ahora no encuentra lugar en nuestro sistema educativo”, concluye el artículo.

Para Ampliar esta información, puede acceder al artículo completo sobre el Derecho a la Educación: http://codehupy.org.py/wp-content/uploads/2019/02/DESC-Educacion.pdf