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A pesar de contar con grandes reservas hídricas, la cobertura del servicio presenta grandes deficiencias y las fuentes del vital líquido sufren un acelerado proceso de contaminación.

El conflicto entre una Junta de Saneamiento barrial de San Antonio y la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), que intervino la aguatera por la supuesta deficiencia en la prestación del servicio, es una muestra más de las serias dificultades en el acceso al derecho al agua que sufre el país. Además de ser la zona de mayor concentración poblacional, en el subsuelo del departamento Central se encuentra una enorme reserva de agua que se encuentra en peligro, el Acuífero Patiño.

Ante la ausencia del Estado, organizaciones vecinales conformaron juntas de saneamiento y aguaterías para hacerse del servicio de provisión del vital líquido. Tanto estas como el servicio estatal de la Essap presentan serias deficiencias en la provisión y en la calidad del agua.

De acuerdo a información difundida por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan), en el agua extraída de pozos del acuífero se detectó alta presencia de coliformes fecales y químicos altamente dañinos como nitrato, hidrocarburos y plomo. Además del proceso de salinización de las aguas, el descontrol de la explotación comercial de la reserva provoca un descenso permanente de sus niveles.

En un artículo publicado en el informe Derechos Humanos en Paraguay 2014 de la Codehupy, los autores Guillermo Ortega y Ana Portillo, de Base IS, alertaban sobre esta situación. Según datos del 2005, al acuífero ingresan en forma anual unos 175.800 millones de litros de agua y se extraen 249.000 millones litros, por lo que la reserva tiene un déficit de al menos 73.200 millones de litros de agua y baja a un promedio de medio metro por año, según datos del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa).

La publicación también se hace eco de un estudio realizado por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) y el Erssan reveló que el 88% de las centenares de embotelladoras distribuye agua cruda con distintos grados de contaminación.

Un reporte del periódico E’a señala que “en los últimos 10 años, aquel balance de agua del acuífero se ha disparado en cuanto al déficit entre lo que se descarga y lo que se recarga naturalmente: varios geólogos e hidrólogos  proyectan que cada año el Patiño tiene 100.000 millones de litros de agua menos”.

Las empresas de bebidas extraen gratuitamente su principal materia prima, el agua, al tiempo que contribuyen a la contaminación vertiendo sus residuos sin tratar a los arroyos, que permean hasta las capas subterráneas.

Algunas de las empresas nacionales, transnacionales y franquicias locales que explotan las aguas de la reserva son Coca Cola (Paresa), Pepsi (AJV SA), Cervepar (Pilsen y Brahma), Bebidas del Paraguay del Grupo Cartes (Pulp, jugos Puro Sol y Watt’s, las aguas Ser, Villavicencio y La Fuente; la bebida isotónica Full Power, el energizante Battery y las cañas Rodeo y Estrella de Oro), además de centenares de aguateras privadas que se benefician de la extracción gratuita y venta de agua, muchas veces sin ningún tratamiento. La mayoría de las fábricas y plantas procesadoras de materia prima se instalan a orillas de los cursos de agua, donde vierten efluentes sin tratamiento alguno.

El acuífero Patiño tiene una extensión de 1.773 kilómetros cuadrados que abarca las ciudades de Asunción, Areguá, Capiatá, Itauguá, Fernando de la Mora, Guarambaré, Itá, J. A. Saldívar, Lambaré, Limpio, Luque, Mariano Roque Alonso, Ñemby, Paraguarí, Pirayú, San Antonio, San Lorenzo, Villa Elisa, Villeta, Yaguarón, Ypacaraí e Ypané.