En el contexto actual de América Latina, las personas defensoras de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil enfrentamos desafíos significativos, es por eso que más de 150
voces de organizaciones campesinas, indígenas y sociales de Paraguay y América nos unimos en el Seminario Internacional Voces por el Derecho a Defender Derechos para aportar una mirada a la construcción de las decisiones que se darán para la región en la a 54ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Sostenemos que un pueblo sin acceso a tierras, territorios y el cuidado de la naturaleza, no puede hacer florecer vidas, germinar semillas, resguardar la existencia y supervivencia, y las democracias sin justicia social, sin redistribución de la riqueza, sin dar participación a las voces disidentes, sin protección a las personas y los recursos naturales, no pueden llamarse Estados Social de Derechos.
Reafirmamos nuestro compromiso con la vida, con la soberanía alimentaria y el cuidado del medio ambiente. Así mismo, sostenemos que el Estado debe generar políticas públicas para atender las necesidades de la población, brindando un ambiente seguro y sano. Entendemos que el Estado tiene la obligación de garantizar la salud y la alimentación de todas las personas, que no se dan en este modelo de producción capitalista que cada vez genera más desigualdad, migración, violencia y desalojo.
Así también debe garantizar y velar, de manera urgente, por la producción en el marco de la agricultura campesina e indígena, como de la salud de los pueblos que se encuentran en terapia intensiva.
Exigimos a los Estados detener las políticas de muerte, favoreciendo al latifundio y el agronegocio que ponen en riesgo a las comunidades indígenas, campesinas y la población urbana. Así como la protección de los bosques, ríos y seres vivos. En nuestra región existe suficiente prueba de que los agronegocios solo han profundizado la pobreza, expulsado a las comunidades indígenas y campesinas, como también destruido los recursos naturales en la globalidad, generando una crisis climática con consecuencias catastróficas para todos y todas.
Reconocemos la lucha de las Américas, la lucha de los pueblos y apostamos por la construcción de nuevos liderazgos, jóvenes, niños, niñas, adolescentes y de mujeres que elijan el trabajo en el campo, que puedan permanecer en sus comunidades con salud, educación, tierra y trabajo, siendo estos los y las protagonistas de las resistencias.
La dignidad humana exige el cese de la discriminación, la intolerancia y los discursos de odio, porque impiden la convivencia y generan barreras entre las personas. Sostenemos que sin participación no hay democracia, y para gozar de democracia debemos visibilizar todas las voces, la diversidad campesina, indígena, de las mujeres, de la comunidad LGBTQ+, de niños, niñas y adolescentes desde un permanente diálogo.
Demandamos la derogación de leyes represivas y políticas regresivas en materia de derechos, el cese de la criminalización, de los desalojos forzosos, las garantías para la libertad de asociación, libertad de movilización, libertad de expresión en el marco de las luchas colectivas.
Rechazamos el uso exacerbado de las fuerzas de seguridad y el avance de la militarización en la región.
Denunciamos la persecución que se da hoy a las organizaciones de sociedad civil por intereses políticos, autoritarios y grupos antiderechos, que buscan cercenar derechos básicos, socavando el trabajo esencial que realizamos en beneficio de la participación ciudadana a lo largo de estos años. Estos ataques se dan tanto en campañas comunicacionales, como en propuestas de leyes que violentan las propias constituciones nacionales de Paraguay, Argentina, Perú, El Salvador y otros países de la región. Situación que representa un grave riesgo para el desarrollo y el progreso de nuestros países, en cuanto a ejercicio de ciudadanía y democracia.
Es nuestro derecho y nuestro deber alzar nuestras voces en contra de cualquier intento de debilitar y perjudicar los derechos conquistados por medio de las luchas sociales y el reconocimiento de nuestro compromiso por países más igualitarios, más justos y donde nadie sea excluido.
Organizaciones Firmantes
ACPAE – LB
Alames (Asociación Latinoamericana de Medicina Social)
ANIVID (Articulación Nacional de Pueblos Indígenas por una Vida Digna)
APAITGA
Asociación de Mandioqueros
Asociación de Mujeres Artesanas Nivachei
Asociación Kuña Techapyrã
ASOEDU
CLIBCH (Coordinadora de Líderes del Bajo Chaco)
Comité de Apicultores de Ñe’ẽmbuku
Conamuri (Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas)
Coordinadora de Jóvenes Indígenas de Caaguazú
CTCU (Coordinadora de Trabajadores Campesinos y Urbanos)
Cultiva Paraguay
Diversex Alto Paraná Enlace Caaguazú FIMARC
FNC (Federación Nacional Campesina)
Joaju
Jopotyrã
KGA (Kuña Guarani Aty)
Kuña Poty
MAIPY (Mesa de Articulación de Pueblos Indígenas de Paraguay)
MAOPI (Mesa de Articulación de organizaciones de Pueblos Indígenas) Boquerón
MCP (Movimiento Campesino Paraguayo)
Mesa Coordinadora de Organizaciones Sociales de Paraguarí.
MIPY (Mujeres Indígenas del Paraguay)
MRC (Movimiento de Recuperación Campesina)
No’õ Ñandua
Ñeguerõi Pavẽ’i
OCN (Organización Campesina del Norte) OCUN
OLT (Organización de Lucha por la Tierra)
ONAI (Organización Nacional de Aborígenes Independientes)
OZAE (Organización Zonal de Agricultura Ecológica)
Presencia Joven
Red de Mujeres Periodistas
UCINY
UJIP (Unión de Jóvenes Indígenas de Paraguay
CODEHUPY (Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay)
Anmistía Internacional Py
Base IS
Callescuela
Heñói
TEDIC
Tierraviva Altervida
Xamok Kasek
Yakye Axa
Kamha Yat Seppo
MNCI – Somos Tierra (Argentina)
AAAA- Asociación de Abogados Ambientalistas de Argentina
Espacio OSC
CEJIL
APRIDEH